Cuando el espacio y la experiencia valen más que cuatro paredes
Por Núria Ribes, presidenta de Qboda Lleida
Este 2025 Lleida no celebrará su feria de novios tradicional. En cambio, el Qboda Market llega a su quinta edición con plena salud. ¿Qué nos dice ese contraste sobre el futuro de las ferias? ¿Son todavía rentables o la digitalización ha cambiado definitivamente las reglas del juego?
Las ferias han sido históricamente un motor económico y social en Cataluña, y Lleida ha sido un buen ejemplo de ello. Ferias agrarias como la de San Miguel (ahora MOS), la de San José de Mollerussa o certámenes profesionales del sector agroalimentario han proyectado nuestra economía más allá del territorio. Pero el modelo de ferias de consumo, y especialmente las nupciales, vive un momento de inflexión.
Este 2025 Lleida no celebrará su tradicional feria de novios. En la web oficial de Fira de Lleida ya se habla de «próximamente 2026», una pausa que confirma las dificultades vividas en los últimos años: cambios de ubicación, reformulaciones constantes y un modelo que no ha terminado de consolidarse.
En contraposición, este mismo año el V Qboda Market, que celebraremos el 5 de octubre en el Palau de Margalef, llega a la quinta edición con plena vitalidad. La diferencia no es sólo de formato: es de concepto, espacio y experiencia.

Ferias de Lleida: ¿son rentables hoy?
El debate está abierto. Las grandes ferias internacionales sean siendo rentables y atraen a visitantes y expositoras de todo el mundo. Pero a escala local, muchos eventos sufren para justificar cuestas y mantener a un público fiel. Según datos de la Federación de Fires de Cataluña, más de 400 ferias se celebran cada año en el país, pero muchas de ellas dependen de presupuestos ajustados y de la implicación del territorio.
Es cierto que el sector de ceremonias y bodas atraviesa una etapa incierta, pero la causa no es sólo ferial: influyen los cambios en el modelo familiar, el escenario económico y las nuevas tendencias sociales. En este contexto, adaptarse es imprescindible y tener contacto directo con el cliente siempre ayuda a entender mejor cuáles son sus inquietudes y expectativas.
En Lleida, la realidad es doble:
• Las ferias profesionales vinculadas al sector agroalimentario y tecnológico mantienen músculo gracias a su conexión directa con el tejido productivo.
• Las ferias de consumo, en cambio, arrastran mayores dificultades. Las parejas que se casan conocen a los proveedores a través de Instagram, TikTok o Google antes de pisar ningún recinto ferial.
El resultado es que muchos expositoras dudan: ¿les sale a cuenta invertir en un stand clásico o preferen destinar esos dineros a campañas digitales segmentadas?
Los pros y contras del modelo ferial.
Ventajas
• El valor del contacto directo: ver, tocar y hablar cara a cara con el proveedor sigo enviado insustituible.
• La visibilidad de marca: estar todavía da prestigio y legitimidad ante el público.
• El factor social: los incendios son un punto de encuentro entre profesionales y clientes que genera vinculos humanos.
Contras
• Los costes de montaje, a menudo inasumibles por pequeñas empresas.
• Lo devuelvo incierto: no siempre se traduce en contratos firmados.
• La competencia digital: muchas parejas llegaron a la fiesta con los proveedores y decisiones.
• La falta de atractivo de los espacios convencionales: los pabellones feriales, sin ambiente ni escenografía, difícilmente emocionan.
Otra muestra de cómo el modelo ferial evoluciona la encontramos en la histórica Feria de San Miguel. Después de muchas décadas, Fira de Lleida ha sabido reinventar la nueva marca MOS, poniendo la gastronomía y la cultura en el centro y convertirla en un espacio de experiencias compartidas. Una transformación que demostra que modernizar una identidad no significa borrar el pasado, sino proyctarlo con fuerza hacia el futuro.
Mercado Qboda: un caso de salida diferente
Ante esta realidad, un Lleida hemos apostado por un formato alternativo. El Qboda Market, inaugurado en 2021, rompió con la rígida firma para trasladar la inspiración nupcial a un espacio auténtico de bodas. El Palacio de Margalef, con su entorno histórico y los jardines, no es ningún contenido: es parte de la experiencia.
Nuestro modelo evita los dibujos animados y propone un registro de inmersión:
• Zonas exteriores con montajes reales de ceremonias.
• Áreas chill-out con cafetería y restauración.
• Desfiles de moda nupcial y actuaciones musicales en directo.
• Talleres, clasificación y presentaciones durante todo el dia.
Este ambiente permite que las paredes pasen horas a la cierta, disfrutando, descubriendo y hable con proveedores en un entorno natural y relajante. Es, en definitiva, una experiencia para vivir y no sólo para ver.

Las cifras lo avalan: más de 600 visitantes anuales y cerca de 40 empresas participantes en cada edición. En un mercado tendente a la baja, estos datos confirman que el formato funciona.
¿Por qué uno funciona y el otro no?
El contraste entre la feria de novios tradicional y el Qboda Market no es sólo de presupuesto. Es de visión. Las parejas de hoy quieren emoción, autenticidad y cercanía.
No buscan filas de stands, sino inspiración y experiencias.
Como presidenta de Qboda Lleida, he defendido a menudo que el éxito recae en poner a las personas y el espacio en el centro. Una boda no es un catálogo, es un sueño. Y para vender sueños es necesario crear un entorno que los haga palpables.
Mirando al futuro
El futuro de las ferias en Lleida va a depender de su capacidad de adaptarse. Las ferias tradicionales que no sepan reinventarse quedarán relegadas a un papel testimonial. Las que apuesten por la vivencia, la sostenibilidad y la conexión real entre proveedores y clientes tendrán recorrido.
No se trata de elegir entre físico o digital, sino combinarlos. Las redes sociales son imprescindibles para generar interés, pero la experiencia presencial sigue siendo el espacio donde se cierran acuerdos y se construyen relaciones.
Las ferias continuarán existiendo, pero sólo sobrevivirán aquellas que sepan transformarse en experiencias únicas y auténticas. Y Lleida, un territorio con tradición ferial, tiene la oportunidad de escribir ese futuro.

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